3/11/2009 12:24:00 p. m.

Parásitos y esclavos

Por Hasardevi

Pongamos, por decir cualquier persona: Madoff. Individuo arrogante, cínico, que saliendo de la corte donde se declara culpable de 11 cargos, no transmite sino fastidio. Una mirada de bostezo que parece decir a los demás, “¿y qué esperaban? ¿ganar inmensas cantidades de dinero siempre, gracias a mi?” “¡desagradecidos!” Más allá de que a los 70 años le importe poco pasar el resto de sus días en la cárcel, si es que no lo matan antes, yo me pregunto: ¿quién(es) podrá(n) estar atrás de él?

Madoff representa a esa ínfima parte del mundo que extrae la savia vital del planeta y sus ocupantes.

Pongamos, por decir una persona en particular: Jacinta Francisco Marcial, Otomí de 42 años, vendedora de aguas frescas cuyo delito fue “asomar la cabeza” y salir fotografiada en el periódico durante la situación que se presentó cuando unos agentes armados que dijeron buscar mercancía pirata en el tianguis donde ella y otras dos mujeres arrestadas trabajaban, agredieron a los tianguistas e hicieron destrozos. Veintiún años de cárcel sin más, dictó el juez, sin que se le tradujera al otomí como es el derecho fundamental de toda persona cuya lengua materna no sea el español; sin la presunción de inocencia que dicta el artículo 14 constitucional. En un país “civilizado”, como esos a los que el gobierno espurio agacha la cerviz sin titubear, habría nulidad de juicio por las flagrantes violaciones al procedimiento.

Jacinta representa a esa mayoritaria pero a propósito invisible parte del mundo cuya savia vital es extraída de manera cruel e impune.

Pongamos, por decir un ejemplo de corrupción (mental, social, gubernamental, etc.): el asunto Cassez, como segundo pretexto del viaje de Bruni y su consorte a México, el primero, claro, fue divertirse en las playas mexicanas al estilo jet set. Citemos las encendidas palabras de José Luis Soberanes, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en México, el mismo que confirmó el diagnóstico “presidencial” sobre Ernestina Ascencio, natural de Zongolica brutalmente asesinada pero que a decir del usurpador murió de “gastritis”. El señor Soberanes dijo que “ceder a la repatriación de Cassez sentaría un lamentable precedente de impunidad,” muy cierto, lástima que declarar a favor de los derechos humanos y reprobar el remedo de juicio hecho a la señora Jacinta, no le reditúe gran cosa en los medios.

El gobierno, sus comparsas, los medios y quienes embebidos los atienden, representan a esa mayoritaria y muy visible parte del mundo que, como esclavos, proporcionan la savia vital a los parásitos. La turba inconsciente mezclada con siervos alienados dominados por su "eguito".

Pongamos, por decir un ser humano: Andrés Manuel López Obrador, recorre el país soportando la calumnia, el ridículo, resistiendo los embates con paso firme, con entusiasmo, apoyado por un grupo de personas dispuesto a romper la rueda eterna de lo ya establecido, del karma dirían unos, el destino –distinto concepto- dirían otros. Lecciones de historia, lecciones de geografía, lecciones de dignidad, de valor, de convicción.

Ellos representan a una minoría en el mundo que de diversas formas y manifestaciones, mantienen la esperanza, lo preservan y sostienen.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy seguro de que pronto veremos el cambio que tanto anhelamos tantisimas gentes en el mundo...por una sencilla razon...tenemos la razon pues solo queremos un mexico justo, un mexico para todos ...basta ya de cinturones de miseria que denigran al ser humano, basta ya de tanto cinismo...no debemos perder la esperanza, cambiemos el hasta cuando? por el mas temprano que tarde VENCEREMOS!...saludos hasardevi y enhorabuena