12/21/2009 11:08:00 a. m.

Cuaderno de viaje de un científico en el país del Tío Sam

Translated dimanche 20 décembre 2009, par J.A. Pina

Michel Desmurget, que ha trabajado y vivido 8 años en los Estados Unidos, compara los “beneficios” de esta sociedad alabada por Sarkozy con los supuestos “arcaísmos franceses” denunciados por el jefe de filas de los reaccionarios en Francia

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« En los Estados Unidos, la hora del salario mínimo se paga a 3,40 € y cerca del 40 % de los individuos pobres tienen un empleo »

He vivido 8 años en los Estados Unidos. Durante esta estancia, he podido experimentar en primera mano toda la sarta de balandronadas sarkozistas. Reducir impuestos, trabajar más para ganar más, a cada uno según su merito. A estos lemas, Reagan y la dinastía Bush les puso música durante mucho tiempo. Al menos los electores norteamericanos tienen la excusa de anterioridad. La historia podrá decir de ellos : “Fueron los primeros, no lo sabían.” Los franceses serán más difíciles de absolver. “un pueblo ciego, sordo y autista, denunciará quizá el Bernard Henry Lévy del futuro. ¿Sino, cómo explicar que no hayan aprendido nada del desastre norteamericano ?

Reducir los impuestos. Los discursos que oponen la parquedad fiscal norteamericana al furor impositor del Hexágono (Francia NDT) son el eje de la vulgata liberal. Estos discursos ignoran sin embargo un hecho capital : si los norteamericanos tienen menos impuestos es porque el campo de acción de los mismos está formidablemente restringido en los Estados Unidos. Pensiones, subsidio de desempleo, ayudas sociales, educación, sanidad, todo esto tiene un coste. En Francia, este coste está a cargo de la solidaridad colectiva, vía impuestos. En los Estados Unidos, pertenece a la esfera individual. ¡Tanto peor para los que no puedan pagar ! En Francia, Carole acaba de tener un bebé. La Administración establece 16 semanas de baja maternal sin pérdida de salario para que se ocupe del recién nacido. En los Estados Unidos, Laura ha tenido que acudir al trabajo 3 días después del parto. Norteamérica le concedía igualmente 12 semanas de baja, pero sin ninguna remuneración (…) En Francia, la Administración toma a su cargo la cirugía de colon de Renée (salvo algunas decenas de euros de tasas hospitalarias). Por una operación similar, Donna se ha encontrado con una factura de 36.000 euros. El hospital le ha demandado judicialmente por falta de pago. Donna ha perdido todo, incluso su casa. Aun así, es afortunada porque ha tenido algo que perder. Aquellos que no tienen nada mueren cada año por miles, como perros, porque los hospitales rechazan atenderlos. Cualquiera que se haya enfrentado a este tipo de barbaridad, ve los impuestos con una mirada mucho más amable.

Trabajar más para ganar más. Los que quieren trabajar de verdad, pueden hacerlo. ¡No hay afirmación más tramposa ! En los Estados Unidos, incluso durante el formidable auge económico de los años 1990, el déficit de empleos se elevaba a 10 millones. En este país, cuando la tasa de paro cae por debajo del 5%, la Reserva Federal toma medidas monetarias para “ralentizar la economía”, es decir, en lenguaje ordinario, para mantener una reserva de parados disponible. Hay que tener una vileza sideral para afirmar que estos parados sólo son holgazanes asistidos. De la misma manera, hay que tener una mala fe cósmica para declarar que el trabajo es el mejor remedio contra la pobreza. Tomemos el ejemplo de Anna. Esta madre soltera tiene dos empleos que suman un total de 46 horas semanales. Como millones de norteamericanos, no tiene ni vacaciones pagadas, ni seguro sanitario, ni plan de pensiones, ni baja maternal remunerada. Puede ser despedida en cualquier momento sin justificación. ¡Por su trabajo percibe 680 euros al mes ! A los que encuentren esta cifra inverosímil, les recuerdo que en los EE.UU. la hora del salario mínimo se paga a 3,10 euros y que cerca del 40% de los individuos oficialmente pobres tienen un empleo. (…)

Restaurar el merito. En los Estados Unidos, 1 niño de cada 5 (¡20% !) es educado en la pobreza. Ahora bien, nosotros sabemos que ésta echa por tierra el desarrollo individual. Tomad niños pobres, colocadles 3-4 años en un ambiente estimulante, luego sumergidles en su miseria. Esperad y observad lo que ocurre. Esto se hizo, hace 40 años. Evaluación tras evaluación, los resultados han mostrado que los niños “experimentales” superaban ampliamente (test de inteligencia, trabajo, salario, etc.) a otros niños “control” que no se habían beneficiado de ninguna estimulación precoz. ¿Dónde está el merito para los “ganadores” ? (…) ¡el problema es tan profundo que un juez ha acabado por condenar al Estado de Massachusetts por haber violado el derecho constitucional de algunos niños pobres a una educación decente ! ¿En este contexto es asombroso que los EE.UU. sean, de todos los países industrializados, el que presenta la menor tasa de movilidad social ? Los hijos de Anna tienen estadísticamente 1 oportunidad sobre 10 de pertenecer algún día a la mitad más acomodada de la población. En Finlandia, bajo la protección ominosa de un Estado providencial, ¡tendrían 4 veces más !

(1) Michel Desmurget, neurofisiólogo y doctor en neurofisiología e investigador del INSERM (Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica). Es autor de “Made in USA : les ravages du “modèle américain » Éditions Max Milo. 2008.

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